Operarse de cirugía plástica estética es una gran decisión. Su objetivo principal es contribuir a tu salud y bienestar, para que te encuentres mejor. Incluso en muschas ocasiones sin apoyo del entorno familiar.
Consideramos que una persona es una candidata óptima a la cirugía plástica y cirugía plástica-estética si:
- Lo hace por sí misma/mismo. Nadie le influencia y no se opera para satisfacer a nadie más que a uno mismo.
- Su salud física y mental es buena. No padece enfermedades graves que puedan suponer un riesgo importante
- Es realista en cuanto al resultado que se puede obtener. No quiere imitar un ideal de belleza
- Se opera para estar mejor, no para cambiar su vida
- Entiende que los resultados son permanentes. En la mayoría de los casos no se puede volver a como se estaba antes de operarse.
- Se deja asesorar por el cirujano que es el experto y se informa sobre los riesgos de la cirugía plástica-estética. Estar completamente informado es la manera más sana de tomar la decisión.
- Es una persona mentalizada de que en el post-operatorio pueden aparecer alteraciones del estado de ánimo, durante el periodo de adaptación en el que se replantea su autoimagen.
- Es una persona dispuesta a seguir las pautas médicas de recuperación.
- Comprende que toda cirugía conlleva unos riesgos. Estos riesgos pueden llevar aparejados tratamientos adicionales y costes añadidos
- Tiene tiempo disponible suficiente para poder recuperarse satisfactoriamente