
Después de la pesadilla de sufrir un acné importante nos puede quedar el recuerdo en forma de cicatrices. Las marcas de acné efectivamente son cicatrices, unas pequeñas, otras más grandes y con distintos grados de afectación del tejido. Las cicatrices que produce el acné suelen ser del tipo atrófico. Es decir, que la cicatriz está más hundida que el resto de tejido sano que tenemos en la cara, pecho o espalda. Son duras y fibróticas, como corresponde a una cicatriz, y tendrán diferentes formas y profundidades, desde cicatrices más planas a cicatrices más profundas. Un tipo de marca de acné profunda es la llamada en pico de hielo que son clásicamente de pequeño diámetro, pero de gran profundidad.
Por lo tanto, a la hora de plantear tratamientos efectivos para eliminar las marcas de acné, debemos escoger aquellos que serán capaces de modificar esas pequeñas cicatrices. Deberemos de tener en cuenta que cada cicatriz es distinta en tamaño y profundidad, por lo para un mismo tratamiento podemos tener resultados diferentes en función de las características de cada cicatriz.